Mujeres desaparecidas, contra mi voluntad

142 millones de mujeres desaparecidas

Quien vea este titular quizá no siga con su lectura porque piense que se trata de un error. No es un error sino la realidad que este año denuncia el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), la agencia de la ONU que se encarga de la salud sexual y reproductiva, en su informe sobre el estado de la población mundial que se elaboró en la fase inicial del covid-19.

Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, ha presentado, digitalmente, dicho informe titulado “Contra mi voluntad”, con el subtítulo “Desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y a las niñas e impiden la igualdad”. Esas prácticas a las que se refiere el informe se definen como actos que lesionan y violan los cuerpos de las niñas o de las mujeres y son tan solo “el principio de un efecto dominó de sufrimientos”. En efecto, diariamente, cientos de miles de niñas y de mujeres en el mundo se ven sometidas a prácticas que les causan daños físicos o psicológicos, o ambos, con el conocimiento y/o consentimiento de sus familias, de sus amigos y de la comunidad.

En el informe se denuncia el hecho de que 142,6 millones de mujeres están “desaparecidas” como consecuencia de 19 formas de violar los derechos de las niñas y de las mujeres, desde el planchado de senos hasta las pruebas de virginidad. Este año se analizan en profundidad tres de esas formas de violación:

  • La mutilación genital femenina.
  • El matrimonio infantil.
  • La preferencia por los hijos varones.

1) Mediante la mutilación genital femenina, “las niñas son mutiladas, raspadas y suturadas”. Se realiza entre la primera infancia y los 15 años. Conlleva la ablación total o parcial de los genitales externos u otras lesiones en los órganos genitales. Actualmente, 200 millones de niñas y mujeres se ven afectadas por esa práctica que supone una violación de los derechos humanos y de la ética médica, como se destaca en el informe, por no hablar de las lesiones físicas y psicológicas que perduran en las víctimas durante toda su vida.

Aunque en todo el mundo aumenta la oposición a semejante práctica, este año, más de cuatro millones de niñas y mujeres se enfrentan al riesgo de sufrir la mutilación genital.

2) El matrimonio infantil es una de las prácticas nocivas impuesta a las niñas por la familia y vista con buenos ojos por la comunidad, sin el consentimiento de las víctimas, es decir, las niñas. Aunque se trata de una práctica prohibida en la mayor parte de los países, cada día se producen más de 30.000 matrimonios infantiles. Se trata de una mera transacción económica en la que las niñas se ven comprometidas, entregadas, comercializadas, en definitiva, vendidas. La vida de las niñas se ve truncada: dejan la escuela, empiezan a tener hijos y se acaban sus oportunidades para su futuro.

Como en el caso de la mutilación genital, en todo el mundo crece la oposición al matrimonio infantil, pero la realidad se empeña en demostrarnos que, a pesar de la existencia de leyes que lo prohíben, en la práctica, las niñas desconocen sus derechos, incluso sus familias también, y no son realmente conscientes de la importancia de permanecer en la escuela los años necesarios para recibir una formación, sin la cual las niñas no tendrán acceso a oportunidades para mejorar su futuro.

3) La preferencia por los hijos varones supone que las niñas son “desdeñadas, desamparadas y anuladas”, como se afirma en el informe.

La presión por dar a luz a un varón es abrumadora en demasiados países del mundo, hasta el punto de que las parejas no se encargan de la salud de las niñas ni de su bienestar, anteponiendo el del hijo. Esta preferencia provoca un gran desequilibrio en el índice de población masculina y femenina hasta el punto de que se agravan los problemas de violencia de género.

El hecho de que más de 142 millones de mujeres se consideren “desaparecidas” es una prueba fehaciente de que la desigualdad de género, lejos de disminuir, sigue presente en todo el mundo. Así lo certifican datos tan escandalosos como los que se denuncian en el informe presentado recientemente por la directora ejecutiva del UNFPA, quien está convencida de que es posible alcanzar algunas de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretamente, acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en el año 2030. Para ello, hace un llamamiento a los hombres porque ellos deben involucrarse y defender los derechos de las mujeres. «Ellos deben ser parte de la solución”, afirma, sin olvidar el importante papel que también tienen los jóvenes para lograr la igualdad de género.

Conviene recordar que el ODS 5 que reclama poner fin a todo tipo de violencia ejercida contra las mujeres y las niñas es el objetivo que, hasta hoy, menos ha progresado y, como vemos, queda mucho por hacer para lograrlo.

Informe completo >>   https://www.unfpa.org/es/swop

Autoría