El cuaderno del Relator

El cuaderno del Relator

Se llama Philip Alston. Llegó a España hace unas semanas con un cuaderno rojo en la mano para anotar lo que le contaban personas sin hogar, temporeros, trabajadoras domésticas, vecinos de la Cañada Real…, personas, en fin, vulnerables cuyo día a día se resume en sobrevivir a la pobreza. Ese hombre de semblante amable, australiano, profesor en la Universidad de Nueva York, desde 2014 es el relator especial de Naciones Unidas para la extrema pobreza y los derechos humanos. Su labor como relator carece de sueldo.

Vino a España con la misión de analizar la desigualdad en España, visitando seis comunidades autónomas en 12 días. Escuchó a muchas personas cuyas voces no se oyen en los lugares en los que se toman las decisiones. También estuvo en el Espacio Luz Vallekas de la Fundación Luz Casanova anotando en su cuaderno información, datos, anhelos y deseos del vecindario de  Vallecas, expresado todo ello con sinceridad y con la naturalidad que utilizan las personas que son conscientes de que se hallan ante un interlocutor válido. Philip Alston lo es.

Sus declaraciones sobre la pobreza en España han levantado ampollas porque ha hablado con la claridad de quien se siente interpelado por las personas de nuestra sociedad que se están quedando atrás porque en el siglo XXI, en España, hay personas que “viven como los animales. Sus condiciones compiten con las peores que he visto en cualquier parte del mundo”, afirmó con rotundidad al ver y escuchar a temporeros de Lepe. Sin agua, sin luz, sin retrete malviven en condiciones infrahumanas. Ganan unos seis euros a la hora.

El relator denunció la existencia de dos Españas: una próspera y otra en la que una de cada cinco personas se encuentra en riesgo de pobreza, sus ingresos no llegan al 60% de la media de la renta del país. “Los niveles de pobreza en España no se corresponden con su nivel económico, ya que es el cuarto país más rico de la Unión Europea” afirmó. “Las políticas para la salir de la crisis no han beneficiado a las personas más vulnerables, sino a las clases más altas”. Frente a esa realidad, al preguntar el relator las causas de esa situación a diversos responsables de la Administración central, autonómica o municipal  “todos hacen la vista gorda –subrayó- y se echan las culpas unos a otros”.

La visita a la Cañada Real, tan cerca de Madrid, dejó perplejos al relator y a sus acompañantes: la falta de servicios básicos –agua, electricidad, sin recogida de basuras-, el rechazo social hacia la población, la suciedad y las ratas forman parte del día a día de una población “que sufre la desigualdad en silencio”, en palabras de una de las mujeres de la Cañada que explicó con todo detalle al relator lo difícil que resulta vivir en ese espacio pero ¿a dónde pueden ir? El precio de los alquileres en las grandes ciudades está disparado: “la vivienda es un verdadero reto. La vivienda social es un verdadero desastre”, sentenció Philip Alston. “Sin vivienda no hay padrón y sin padrón no hay sanidad” añadió, por citar una de las carencias de la Cañada Real.

“España debería mirarse de cerca en el espejo”, afirmó Alston. “Lo que verá no es lo que desearía la mayoría de españoles, ni lo que muchos responsables de formular políticas tenían planeado: una pobreza generalizada y un alto nivel de desempleo, una crisis de vivienda de proporciones inquietantes, un sistema de protección social completamente inadecuado que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza, un sistema educativo segregado y cada vez más anacrónico, un sistema fiscal que brinda muchos más beneficios a los ricos que a los pobres y una mentalidad burocrática profundamente arraigada en muchas partes del gobierno que valora los procedimientos formalistas por encima del bienestar de las personas”.  Así se expresó el relator de Naciones Unidas para la extrema pobreza y los derechos humanos y quedó anotado en su cuaderno.

El  próximo mes de junio presentará su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. Será entonces cuando conoceremos oficialmente lo anotado en su cuaderno rojo, del que no se separó durante su visita a España.

Foto de portada: Philip Alston en el encuentro que tuvo en el Espacio Luz Vallekas

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