«Dejar morir a los negros en el mar es racismo»
En este principio de año en el que todas y todos estrenamos buenos deseos y propósitos para realizar a lo largo de los próximos meses, traigo a este blog el testimonio de Eugene Kourouma, activista guineano, con el deseo de que las puertas de Europa estén abiertas, no sólo para las africanas y africanos, sino para todas aquellas personas que se acerquen y quieran vivir en ella
Eugene es voluntario en el Centro de Día de la Fundación Luz Casanova. Es guineano, apenas llega a los 30 años y habla 8 idiomas. Salió de su país con 18 años: habían asesinado a su padre y él aparecía en una foto con él. Su éxodo por el interior de su país, Malí, Argelia y Marruecos fue de casi diez años. En ese tiempo malvivió, trabajó en lo que pudo, sobrevivió, atravesó el desierto, el mar, cruzó la valla de Ceuta y se embarcó en una patera. Salvamento marítimo le puso en tierra y de ahí le encerraron en una cárcel.
Hoy vive con una familia española y estudia Mecánica, pero quiere volver a Guinea con los suyos. No es fácil: la situación política no ha mejorado. Mientras, espera tarjeta roja en mano los papeles que le reconozcan como asilado. Europa nunca fue ese espacio de derechos humanos que soñó durante tantos años.
Es negro y cada tres días le paran por la calle o le señalan. Él cuenta que quiere ser activista, entre otras cosas, para dar lecciones sobre racismo. Son fáciles, explica. La primera, por ejemplo, dice: «Si ves a un negro robar, demuéstralo». La segunda: «Si dices que defiendes los DDHH, respeta». Como regla tercera le gusta subrayar otra máxima: «Dejar morir a los negros en el mar es racismo».
Es un lujo escucharle. Es un lujo contar con él en el Centro de Día de Luz Casanova. Este es su testimonio:
“Cuando hablamos de la migración debemos recordar que los primeros migrantes fueron los europeos. Cuando los europeos llegaron al continente africano se apoderaron de las personas y las materias primas de valor sin preocuparse del coste humano para la raza negra.
Ya en la primera guerra mundial los europeos utilizaron a los africanos para liberar su continente. Por estas y otras muchas razones, tenemos derecho a venir a Europa y Europa no debería cerrarnos las puertas.
Europa se justifica diciendo que está en crisis, pero creo que esta crisis no justifica el dejar morir a la gente. Nada justifica dejar morir a la gente.
Si el problema lo tuviese la raza blanca, todos se movilizarían para solucionarlo, pero como el problema lo tiene la raza negra, a nadie le importa.
No hay protección internacional. Sólo se respetan los Derechos Humanos con los blancos, los Derechos Humanos dicen que podemos ir donde queramos, pero para la raza negra esto no es real.
Si se puede dejar a la gente en el mar durante 20 días. creo que eso es el racismo. Cuando pensáis en los africanos que mueren en el mar y pensáis que es África quien pierde algo, no es sólo África quien pierde, es toda la humanidad. Cuando llegue el momento de la verdad sabremos que nadie es el propietario de la tierra, sólo Dios es el jefe de todo. Sólo es él quien sabe dónde tenemos que vivir, que tenemos derecho de viajar donde queramos porque la tierra es de todos, es para todos, porque somos iguales. Yo pienso que los Derechos Humanos no son solo para los blancos, son para la tierra entera. Yo envío ánimo y fuerza a mis hermanos y hermanas, a todos los migrantes. Tenemos que tener una fuerza, sobre todo las personas negras, que nadie puede creer hasta que la humanidad se dé cuenta que somos iguales.
Que Dios bendiga a los africanos y africanas y a África”.
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