Hay vida en los márgenes
El 17 de octubre se celebró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con el reto de alcanzar el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible, que es nada menos que «poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo».
“Una de cada diez personas de las regiones en desarrollo viven con menos de 1,90 dólares al día, que es la cantidad establecida internacionalmente como el umbral de la pobreza. Y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)”.
También ese día, el 17 de octubre se celebró, aunque creo que esta no es la palabra más oportuna porque celebrar, celebrar no hay nada que celebrar, el Día mundial contra el dolor . Y me pregunto: ¿Es casualidad la unión de estas dos fechas? ¿Faltaban días en el calendario para ponerlas por separado o, por el contrario hay una decisión clara de hacernos caer en la cuenta del dolor inmenso que produce el saber que en 2022 hay 263 millones de personas bajo pobreza extrema en el mundo?
He visto la película “En los márgenes” dirigida por Juan Diego Boto. Excelente interpretación de Penélope Cruz y Luis Tosar junto a un elenco de actores muchos de ellos desconocidos, al menos para mí.
Boto, en esta primera obra como director donde nada tiene que envidiar a Kenneth Loach, pone delante del espectador la cruda realidad de los desahucios, un drama del que tan poco se habla y que en el pasado año alcanzó la cifra de 41.359 desahucios en nuestro país. Cada día 110 familias sufren un desahucio en esta España nuestra, donde algunos de sus habitantes, unos pocos solo, han aumentado sus beneficios en estos años en los que muchos han perdido sus trabajos y, en muchas ocasiones y como consecuencia de no poder pagar la hipoteca, han visto como les echaban de sus casas.
No tener techo, no tener un hogar es una de las cosas más duras que puede pasar y en muchos casos, el origen de otros muchos problemas que acaecen unidos a este: pérdida del empleo, dificultad de acceso a la sanidad y a los servicios sociales por no tener un domicilio… enfermedades de todo tipo, también mentales, en muchos casos el alejamiento de los hijos… pobreza y más pobreza. Aquí, en nuestro país, donde parecía que habíamos llegado a alcanzar el estado de bienestar para una gran mayoría.
Dice el papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti. “No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar a nadie a ‘un costado de la vida’. Esto nos debe indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el sufrimiento humano. Eso es dignidad”.
No podemos dejar a nadie a ‘un costado de la vida’, no podemos dejar a nadie “en los márgenes”, no podemos olvidar a los marginados (por cierto ¿recuerdan aquella serie de hace 40 años dirigida por Carmen Sarmiento, “Los Marginados. Ahora rtveplay la vuelve a poner porque desgraciadamente muchos de aquellos temas siguen siendo de rabiosa actualidad).
Esto nos debe indignar, y hacernos bajar de nuestra serenidad y alterarnos, alterarnos y actuar. La película también nos muestra el valor de la comunidad, de la solidaridad, de las personas que se mueven por el bien común, por las personas… sin esperar nada a cambio.
Ilustracion @Luis Tejerina