Hombres
Está a punto de finalizar este mes que comenzó tiñendo las calles, de España y de cientos de ciudades del mundo, del color violeta que se ha convertido en el color de las reivindicaciones feministas, y todavía, a pesar de los días transcurridos, hay algo que me viene al pensamiento y que me llamó la atención en la manifestación de éste 8 de marzo
Me sorprendió la corta edad de las manifestantes, chicas muy jóvenes, a mi parecer más que en convocatorias anteriores. También vi cada vez más mujeres acompañadas de sus parejas y esto es lo que me llevó a la siguiente reflexión.
Detrás de mi sentía cómo una voz femenina joven no paraba de gritar con energía «abajo el patriarcado, arriba el feminismo» y otras consignas similares. Al girarme vi cómo su pareja, un joven de edad similar, la cargaba sobre sus hombros. Y lo hizo durante toda la manifestación con algún descanso de cinco o diez minutos, y vuelta a subir a los hombros para que ella, mujer, pudiese con toda la energía demostrada, hacer uso de su fervor, con sus puños levantados, hacia la causa que allí nos convocaba: la IGUALDAD
Al observar la escena y ver cómo él, un hombre, ofrecía su fuerza física y emocional a su pareja y que ésta se sirviera de él entendiendo que la «causa» y la “reivindicación» eran de ella, creó en mí una situación realmente placentera a la vez que sentimientos encontrados.
Que somos diferentes hombres y mujeres es obvio, que estás diferencias se pueden apreciar en términos físicos y biológicos también. Es este predominio de la fuerza física lo que en la sociedad ha originado el «machismo», y que por esto ellos han gozado y gozan de privilegios durante décadas. A ellos también les cuesta cambiar los prototipos típicos del patriarcado. Pero esto ésta cambiando y las mujeres con su lucha, ya de siglos, han demostrado que no son el sexo débil, creencia que ha sido derribada en casi todos los países gracias a los movimientos feministas con una lucha continua por el reconocimiento de la Igualdad en derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
Quiero romper una lanza por esos hombres que comprenden y se unen a la causa, que son cada vez más. Esos hombres que van a la manifestación y los que no, pero que comprenden y entienden a sus parejas, madres, hermanas o amigas. Esos hombres que entienden que en la vida de las personas un sexo no es superior a otro, que la igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley, lo que significa que todas las personas sin distingo alguno tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la Sociedad.
Esos hombres que saben, comprenden y entienden que nos estamos ganando el futuro por Derecho.