La trata de personas, un nuevo nuevo símbolo de esclavitud
El trata de personas es un delito y una grave violación de los derechos humanos, un nuevo símbolo de la esclavitud. No en vano, según nuestro diccionario, es “tráfico que consiste en vender seres humanos como esclavos”. Sin embargo, prácticamente, en todos los países del mundo se produce trata de personas, sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). En efecto, es un proceso que supone la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas mediante amenazas, con el uso de la fuerza u otras formas de coacción como aparecen relacionadas en el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata.
Cada año, miles de hombres, mujeres, niños y niñas son víctimas de la trata en sus propios países y en el extranjero. Se trata en su mayor parte de personas que viven en la pobreza, o en comunidades marginadas, que carecen de estatus legal, de acceso a la educación, a la sanidad o a un trabajo digno. Personas víctimas de todo tipo de discriminación, violación o abusos. Personas cuyos derechos humanos son violados sistemáticamente por los traficantes. Según datos de Naciones Unidas, el 30% son niños capturados para realizar trabajos forzosos en condiciones indignas; el 70% son mujeres y niñas, en su mayoría explotadas sexualmente desde temprana edad; además existe trata en el comercio de órganos y en el ámbito del tráfico de drogas.
Actualmente, asistimos al aumento del riesgo de trata como consecuencia de las injustificables desigualdades socioeconómicas, la emergencia climática o los masivos desplazamientos humanos. Todo ello se ve favorecido por el deterioro en todo el mundo, especialmente en los países empobrecidos, de las medidas para ayudar a las víctimas. Desde Naciones Unidas alertan a la comunidad internacional ante la caída de las tasas de detección de la trata al tiempo que se está ralentizando la respuesta de la justicia penal, lo que se traduce en un aumento potencial de los riesgos para las víctimas porque los delitos difícilmente llegarán a los tribunales de justicia. A todo ello se une el hecho de que las medidas en vigor no cubren el amplio espectro de violaciones de derechos humanos que supone este delito.
En el DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA –30 de julio– Naciones Unidas nos propone que tomemos conciencia acerca de las consecuencias de este delito y su expansión. Este año propone: “LLEGAR A TODAS LAS PERSONAS, SIN DEJAR A NADIE ATRÁS” y señala que “En el contexto de la trata de personas, dejar atrás a las personas significa:
- No poner fin a la explotación de las víctimas de trata.
- No apoyar a las víctimas supervivientes una vez liberadas de sus traficantes.
- Dejar a determinados grupos vulnerables ante los traficantes.
En el Día Mundial contra la Trata de Personas de este año se nos invita a tomar conciencia de las injustas situaciones que se derivan de la trata identificadas en el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la UNODC, para que los gobiernos y la sociedad civil redoblen sus esfuerzos en la prevención y el apoyo a las víctimas. Se trata, en definitiva, de defender sus derechos humanos y poner fin a la impunidad de los traficantes.
VIOLACION DE DERECHOS HUMANOS
El tráfico de personas es un delito y una grave violación de los derechos humanos, un nuevo símbolo de la esclavitud. No en vano, según nuestro diccionario, la trata es “tráfico que consiste en vender seres humanos como esclavos”. Sin embargo, prácticamente, en todos los países del mundo se produce trata de personas, sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). En efecto supone la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas mediante amenazas, con el uso de la fuerza u otras formas de coacción como aparecen relacionadas en el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata.
Cada año, miles de hombres, mujeres, niños y niñas son víctimas de la trata en sus propios países y en el extranjero. Se trata en su mayor parte de personas que viven en la pobreza, o en comunidades marginadas, que carecen de estatus legal, de acceso a la educación, a la sanidad o a un trabajo digno. Personas víctimas de todo tipo de discriminación, violación o abusos. Personas cuyos derechos humanos son violados sistemáticamente por los traficantes. Según datos de Naciones Unidas, el 30% son niños capturados para realizar trabajos forzosos en condiciones indignas; el 70% son mujeres y niñas, en su mayoría explotadas sexualmente desde temprana edad; a lo que se añade la utilización también en el comercio de órganos y en el ámbito del tráfico de drogas.
Actualmente, asistimos al aumento del riesgo de trata como consecuencia de las injustificables desigualdades socioeconómicas, la emergencia climática o los masivos desplazamientos humanos. Todo ello se ve favorecido por el deterioro en todo el mundo, especialmente en los países empobrecidos, de las medidas para hacer frente a las víctimas de la trata. Desde Naciones Unidas alertan a la comunidad internacional ante la caída de las tasas de detección de la trata al tiempo que se está ralentizando la respuesta de la justicia penal, lo que se traduce en un aumento potencial de los riesgos para las víctimas porque los delitos difícilmente llegarán a los tribunales de justicia. A todo ello se une el hecho de que las medidas en vigor no cubren el amplio espectro de violaciones de derechos humanos que supone la trata de seres humanos.
En el DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA –30 de julio– Naciones Unidas nos propone que tomemos conciencia acerca de las consecuencias de este delito y su expansión. Este año propone: “LLEGAR A TODAS LAS PERSONAS, SIN DEJAR A NADIE ATRÁS” y señala que “En el contexto de la trata de personas, dejar atrás a las personas significa:
- No poner fin a la explotación de las víctimas de trata.
- No apoyar a las víctimas supervivientes una vez liberadas de sus traficantes.
- Dejar a determinados grupos vulnerables ante los traficantes.
En el Día Mundial contra la Trata de Personas de este año se nos invita a tomar conciencia de las injustas situaciones que se derivan de la trata identificadas en el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la UNODC, para que los gobiernos y la sociedad civil redoblen sus esfuerzos en la prevención y el apoyo a las víctimas. Se trata, en definitiva, de defender sus derechos humanos y poner fin a la impunidad de los traficantes.
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