Lunes, Martes, Miércoles… violencia machista

Días negros, muy negros hemos vivido y vivimos últimamente en los que asistimos a un goteo de víctimas de violencia machista, sin que los negacionistas de este tipo de violencia admitan la cruda realidad de que estamos ante crímenes contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres, es decir, se trata de la violencia machista con la brutalidad añadida de producirse, en muchos casos, ante hijos e hijas de la víctima.

Así lo escribe la periodista @Isabel Valdés en una crónica que narra los hechos dramáticos ocurridos hace pocos días: “Nueve años, ocho años y cinco meses. Son las edades de los tres niños que el lunes [7 de agosto] por la tarde no estaban durmiendo siesta, ni nadando en la piscina, ni bañándose en la playa, ni jugando. Vieron cómo su padre, de 32 años, mataba a su madre, de 27, con un cuchillo de cocina.” Tener ocho años y ver cómo tu padre asesina a tu madre: los testigos más vulnerables de la violencia machista | Sociedad | EL PAÍS (elpais.com)

El martes, los gritos de una niña alertaron a los vecinos de Pozoblanco. El padre, presuntamente, mató a la madre y después se suicidó. El relato de la periodista, desgraciadamente, se repetirá en otros lugares porque la violencia machista no cesa, mientras observamos atónitos que en muchas ciudades de nuestro país se están dando pasos atrás e ignorando los logros conseguidos en la lucha contra la violencia de género, como consecuencia de la injustificable actitud de determinados representantes políticos que se niegan a reconocer y a hacer frente a la violencia machista.

No debemos bajar la guardia. Ciertamente, se han conseguido avances en los últimos años pero todas y cada una de las mujeres que son víctimas de violencia de género suponen un fracaso colectivo; son pasos atrás en el largo camino que nos queda para lograr una meta alcanzable si se toman las medidas adecuadas, si individual y colectivamente colaboramos en esa difícil marcha hacia el ansiado reconocimiento efectivo de los derechos de las mujeres.

Contra la violencia de género, hagamos nuestro el lema de Luz Casanova y que “por nosotras no quede” estar en vigilancia permanente y no permitamos ni un solo paso atrás.

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