Menos víctimas pero más violencia
“El día de Reyes, Rubén Darío mató a Mónica Linde y a su hija Ciara en el día en que deberían haber estado abriendo regalos”. Así relataba la periodista Pilar Álvarez (El País, 5-6-2021) el primer asesinato de este año, el de una madre y de su hija. En los primeros días, la violencia machista ha aparecido, como también ocurrió el último día del año: en Nochevieja, Ionela Clincea fue asesinada por su pareja, Costinel Clincea, delante de sus dos hijos y después se suicidó. Dramático fin de año y no menos el día de Reyes.
El pasado año, 45 mujeres murieron a manos de sus parejas o ex parejas. En efecto, el año 2020 es el año con menos víctimas mortales por violencia machista desde 2003, año en el que se inició el recuento oficial. No se trata, sin embargo, de un dato esperanzador porque en 2020, durante el confinamiento, no cesó la violencia machista debido a que las mujeres se encontraban bajo el control de sus maltratadores en el hogar. La psicóloga Marisol Rojas pone nombre y apellido a esta situación: “violencia de control” y lo explica señalando que muchas mujeres durante el confinamiento decidieron no contrariar a sus parejas para evitar las agresiones.
Esta situación también la puso de manifiesto la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, el pasado día 25 de noviembre, día para la erradicación de la violencia contra las mujeres y Pilar Álvarez recoge sus palabras: “Quien conoce el ciclo de la violencia sabe que, cuando el agresor controla más a la víctima, no se desencadenan las agresiones físicas, pero estas otras formas de violencia, la psicológica y de control son muy duras, sostenidas en el tiempo y con pocas posibilidades de alivio”.
En opinión de la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona, las víctimas de violencia de género han tenido muchas dificultades para salir de situaciones de violencia y han tenido que soportar más delitos sin denunciarlos.
Frente a esas situaciones, las llamadas al 016 se dispararon y empezó a funcionar durante 24 horas. En abril las llamadas válidas aumentaron más del 60% con respecto al mismo mes de 2019. El Ministerio de Igualdad habilitó un chat ante la posibilidad de que muchas mujeres no pudieran realizar llamadas por teléfono, estando confinadas con sus maltratadores. Como así ocurrió.
El porcentaje de denuncias por parte de las mujeres víctimas de la violencia machista sigue siendo bajo, especialmente en los casos más graves. El pasado año solo el 15,6%. Actualmente, se intenta detectar la violencia por otros medios, tales como a través de los servicios sociales o los médicos de cabecera. El ámbito familiar o el de las amistades de las víctimas no parece ser adecuado para ello: solo el 2,5% de los casos ha sido denunciado por esta vía.
La violencia machista no cesa, sea del tipo que sea. El confinamiento aumentó la vulnerabilidad de las víctimas, los silencios ante las amenazas del agresor, los temores fundados por las consecuencias de una llamada… El confinamiento, en definitiva, derivó en ese dolor incontenible e imborrable que sufren todas y cada una de las víctimas. El pasado año fueron menos, sí, pero hubo más violencia. No podemos tolerarlo.
(Nota de edición): Y mientras subimos este post, el terrible contador de la violencia machista no cesa. Según escribimos estas líneas, Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género estudia el presunto asesinato de una mujer de 82 años en la provincia de Madrid. De confirmarse, sería el asesinato número 1.079 desde 2003.