Mujeres en primera línea
Para empezar, me niego (otra vez) a seguir los criterios de la Real Academia Española, RAE y ponerle el artículo femenino al virus, que quiere denominar al Covid19 como la Covid. Me da igual el argumento de que es una enfermedad, porque también lo es el sarampión, y lo llamó en masculino. Quizás no rija bien. Es posible, tantos días de confinamiento nos afectan a todas. Pero lo siento, nos tocan más a las de siempre, la población vulnerable y las mujeres. Por eso digo que este bicho que ha tocado y enfermado a dirigentes hombres como el mandatario británico y conocidos políticos y empresarios españoles -a algunos mortalmente- es, de nuevo, machista y golpea especialmente a las mujeres.
Y lo afirmo porque, aunque parece que enferman más ellos, es necesario -como todo- verlo con perspectiva de género. Para empezar: violencia de género. En España, la primera semana de confinamiento las llamadas al 016, el número de teléfono para alertar sobre violencias machistas, aumentaron un 18%, apuntaba el Ministerio de Igualdad hace unas semanas. Mujeres aterradas y encerradas, mujeres con miedo a morir, a recibir un golpe, a un grito más, mujeres confinadas con su agresor. La pesadilla no puede ser peor. Mujeres, muchas veces, con dificultad simplemente para marcar un número y pedir ayuda. Póngase en el caso de la semana pasada: una mujer huía por la azotea con sus siete hijos. La recogió una vecina. Porque en estas semanas de muerte tampoco ha remitido la pandemia de asesinos de mujeres por cuestión de género. Y ocurre aquí y allí. Naciones Unidas asegura que en algunos países se ha duplicado el número de mujeres que llaman a los servicios de asistencia.
Pero aparte, ellas, las mujeres están en primera línea de esta enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud, las mujeres representan el 70% de los profesionales del sector médico. Son parte de esas esenciales, de ese grupo de profesionales que nos está salvando la vida. Además, el papel de cuidadoras, ejercido en mayor proporción por las mujeres, las expone también en sus domicilios al cuidado de los niños y niñas (grandes propagadores) y la población de mayor edad, la más castigada.
Ser mujer ante el coronavirus tiene también peores consecuencias económicas. Son las más vulnerables porque trabajar menos horas [en la economía remunerada] es una realidad que para muchas mujeres viene ocasionada por sus desproporcionadas responsabilidades de cuidado en el hogar. Una carga que, junto con otras causas, las atrapa en el llamado “suelo pegajoso”. También son una importante pata de la economía sumergida en el servicio doméstico, por ejemplo, un sector que queda sin ninguna cobertura. En España se estima que podrían ser 200.00 mujeres sin contrato laboral. A diferencia de la crisis del 2008, que tocó especialmente a los sectores de la industria y construcción, esta pandemia afecta a sectores mucho más feminizados como son los servicios donde, además hay muchas mujeres migrantes, una variable que también habrá que tener en cuenta.
Otro aspecto preocupante para la igualdad de las mujeres podría ser el retroceso de la agenda feminista. Esa es al menos una de las conclusiones del informe del Real Instituto Elcano titulado “La crisis del Covid-19 y sus impactos en la igualdad de género”. “El objetivo de alcanzar la igualdad de género, como uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030 de Naciones Unidas, probablemente se verá relegado de las prioridades”, explicaba María Solanas, miembro del think tank.
Por esa factura extra que pagan las mujeres, se ha lanzado un llamamiento especial para adoptar una política feminista frente al Covid19. Se trata de una declaración firmada por casi 1.300 personas, redes y organizaciones de todo el mundo, para exigir a los Estados que adopten medidas pensadas y dirigidas para las mujeres tras los desafíos que vendrán tras la pandemia.