Pescar en pecera o en alta mar
La primera vez que oí decir a una buena amiga, hablando del trabajo que hacíamos en la Fundación contra la violencia de género y la exclusión social, que muchas veces “pescábamos en pecera y que si queríamos tener una verdadera incidencia en el trabajo que hacíamos teníamos que salir a pescar a alta mar”, me hizo pensar y lo he tenido siempre presente en la comunicación que he ido realizando en distintas áreas sociales.
A veces podemos vivir el espejismo de que todo el mundo está en nuestra honda y sabe de qué hablamos. Sucede cuando nos movemos en círculos concéntricos con sectores más o menos amplios pero que coinciden con nuestros planteamientos y manera de pensar.
Convocamos conferencias, realizamos estudios, escribimos artículos que normalmente tienen vocablos y tecnicismos difíciles de entender para aquellos que no están familiarizados con el sector de nuestro trabajo.
Todo esto recordé ayer al leer el artículo de Ana Bernal Triviño “Lorca, La Barraca y el caso de Rocío Carrasco” , y me sentí muy identificada con todo lo que decía.
No voy a entrar aquí a opinar sobre el caso mediático de Rocío Carrasco y los malos tratos que presuntamente sufrió a lo largo de los años de convivencia con quien fue su marido. Esto da para un artículo por si sólo con muchos puntos para comentar. Aquí y ahora no lo voy a hacer. De entrada, esta exposición de lo privado en un espacio público y por una transacción económica, provocó en principio mi rechazo.
Los datos que nos daban días más tarde: “Las llamadas al 016, el teléfono de atención a las víctimas de violencia machista, suben un 42% tras la emisión del caso de Rocío Carrasco”, junto con el artículo de Ana Bernal Triviño ha hecho que me replantee algunas cosas.
Ana Bernal Triviño es una joven periodista (al menos mirándola desde mi atalaya personal que ya peina canas) Su trayectoria, a pesar de ser joven, tiene ya unos cuantos reconocimientos a su trabajo: como periodista y como feminista. Uno de ellos en abril de 2018 por el Instituto de Derechos Humanos de Catalunya (IDHC) con la Mención Especial de Medios de Comunicación, como: «una de las voces más destacadas en el panorama mediático actual de la lucha feminista y de la denuncia de las graves desigualdades de género».
A Ana le han llovido las críticas por participar en lo que muchas llaman “el circo mediático”, por aparecer junto a personajes que durante años están en los medios como aves carroñeras que destrozan y hacen espectáculo de la vida, a veces dramática, de los demás. Ana justifica su presencia en este programa, y yo con ella. Les invito a que lean el artículo Lorca, La Barraca y el caso de Rocío Carrasco” . Termina diciendo “cuando vi las cifras del 016, mientras andaba por Gran Via, tuve que pararme y respirar hondo. Al final, las valientes habéis sido todas las que habéis llamado. Y que sepáis que por reaccionar e informarse en Telecinco y no en una conferencia no sois menos que las demás. Que nadie os haga sentir así”.