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Prevenir, mejor que curar. Sinhogarismo y género

Desde hace unos meses trabajamos con mujeres sin hogar, mujeres que durante la pandemia se vieron sin nada más que la calle. Lo hicimos forzadas por la situación: la pandemia puso en evidencia nuestra fragilidad y, especialmente, la de las personas más vulnerables, muchas, muchísimas mujeres.

No es fácil, el fenómeno del #sinhogarismo presenta muchos ángulos a resolver. No obstante teníamos claro algo que en el sector venimos reclamando desde hace mucho tiempo: es necesario prevenir la situación de calle y dos, si se trabaja con mujeres, hay que hacerlo con perspectiva de género.

Durante los meses de la pandemia gestionamos el programa No Second Night, del Ayuntamiento de Madrid, una experiencia pionera en España que incidía en ocho factores: violencia, generación de redes, formación y orientación laboral, vivienda, atención jurídica, servicios sociales y economía. En otras palabras, herramientas para el crecimiento personal y profesional que empodere a esas mujeres sin hogar y rompa el aislamiento que han sufrido trabajando en la prevención.

Así lo contaba Julia Almansa, directora de la Fundación Luz Casanova en el diario El País.

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