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Seis meses de un programa pionero en prevención de sinhogarismo y mujeres

Cuando se cumple medio año de la puesta en marcha del programa de prevención del sinhogarismo en mujeres de la Comunidad de Madrid, que ejecuta la Fundación Luz Casanova, publicamos una serie de datos que permiten vislumbrar ciertos datos esperanzadores en cuanto a las posibilidades de transformación social y recuperación personal de sus proyectos vitales.

De las 46 mujeres que ha sido o están alojadas el Centro de Alojamiento de Emergencia para Mujeres Sin Hogar de Collado Mediano en estos seis meses, el 87% (22 mujeres) han terminado su estancia consiguiendo sus objetivos personales de recuperación (un empleo, acceso a una vivienda o habitación con familia o amistades o pasar a otros sistemas de protección residencial estable distintas a la red de atención al sinhogarismo. El 72,7% de ellas son autónomas; es decir, no dependen de recursos residenciales de ninguna red de protección social ni general ni específica y el 50% de ellas ha conseguido empleo en el sector de cuidados, hostelería y limpieza. En este sentido, es importante destacar que el 100% de ellas se encontraba en situación de desempleo en el momento de su entrada al centro.

En el trabajo que hacemos con ellas de reconexión con sus derechos, es subrayamos que, en este tiempo, la práctica totalidad de las mujeres, han retomado y accedido a sistema sanitario, dando continuidad a sus tratamientos, han vuelto a participar de programas de distintos  servicios sociales y se está consiguiendo el principal objetivo del  proyecto: la prevención del sinhogarismo; 96% de las mujeres no ha accedido a la red de recursos para personas sin hogar.

En cuanto a los tiempos de estancia en este primer centro para mujeres sin Hogar de la Comunidad de Madrid, con capacidad para 27 plazas y abierto específicamente durante la pandemia para atender a mujeres sin hogar por la crisis de la Covid-19, la media de estancia de las mujeres ha sido de 78 días.

Respecto a la agilidad de la respuesta (atención rápida temprana), que es también uno de los ejes del proyecto, al 100% de los casos que han ido llegando a la Fundación Luz Casanova se les ha ofrecido acceso de forma inmediata en el mismo día y hemos dado respuesta instantánea, siempre que hubiera habido plaza libre. Todos los casos llegan a través del Servicio de Emergencia Social de la Comunidad de Madrid, servicio que centraliza las demandas de todos los Centros de Servicios Sociales del Municipio de Madrid, y de la Comunidad, así como de Samur Social y otras entidades y ONGs del Tercer sector con quienes hemos ido trabajando en red.

Víctimas de múltiples violencias

Otra de las certezas de este periodo y trabajo que arrancó desde la emergencia es constatar la necesidad de un trabajo e intervención interseccional, con perspectiva de género y que atienda a las múltiples violencias que sufren las mujeres por el hecho de serlo.

El 52.6% de las mujeres atendidas por la Fundación en estos meses ha sufrido durante su vida alguna o múltiples formas de violencia de género, bien física, psicológica, sexual, económica, simbólica, o digital. Desprecios, golpes, abusos o violaciones, aislamientos, humillaciones, insultos, vejaciones, prostitución, trata, acoso… han sido algunas de las manifestaciones expresadas de las violencias padecidas.

Son víctimas de múltiples violencias, sin importar su perfil, que es también diverso y variado. Del total de mujeres atendidas, prácticamente la mitad eran españolas; y sus edades oscilaban desde los 18 a los  73 años, con una media de edad de 44 años.

A la hora de trabajar con ellas, se les ha acompañado con intervenciones individuales periódicas con profesionales en Trabajo Social, Integración social y Psicología, así como a través de un intensivo  trabajo en red y facilitando acompañamiento físico y emocional tanto a médicos, gestiones, como citas judiciales. De forma grupal, además, y para fortalecer su autoestima y apoyarlas en el proceso de reinserción, se programan de forma rutinaria distintos talleres y sesiones psico-educativas de desarrollo personal, profesional y lúdico. Destacan las formaciones técnicas para fomentar sus conocimientos sobre vivienda (mercado libre, público y derechos), empleabilidad, habilidades básicas e instrumentales y relajación.

En cuanto a su grado de satisfacción con el programa, la evaluación de ellas es también positiva. El servicio general lo valoran como muy positivo en un 78.3%; un 13% como bueno y un 8.7% como normal. Para trabajar con ellas, y crear un entorno de seguridad y dignidad, la Fundación Luz Casanova habilita para cada una de las mujeres una habitación propia individual y un grupo de profesionales interdisciplinares que pueda atender la compleja realidad con la que llegan.

“Aunque estas cifras no tienen un valor estadístico ni son significativas de cómo evolucionará la situación de estas mujeres a futuro, resulta alentador ver avances en sus vidas. Que en unos porcentajes tan altos y en unos tiempos de intervención relativamente cortos sean autónomas, tengan trabajos, puedan valerse por sí mismas y que no vuelvan a la red de personas sin hogar… son hechos que evidencian que hay salida. Queda evidente también lo importante que resulta una atención temprana y ágil al problema para evitar la cronificación de la situación de sinhogarismo, asociada a una paulatina desconexión con los derechos fundamentales de la persona”, afirma Alberto Pina, responsable del Centro de Mujeres de Collado, sociólogo y trabajador social, quien asevera también que es posible -a través de nuevas soluciones residenciales de apoyo- poner freno al creciente y gravé problema social de exclusión social y residencial grave, que cada vez más personas sufren. 

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