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«Damos respuestas adaptadas a las mujeres sin hogar»

Hoy #8demarzo, Día Internacional de la Mujer, hablamos con Soledad González, directora de la Fundación Luz Casanova de nuestra campaña 8Miradas de mujeres sin hogar”, con la que queremos darles visibilidad y proponer un cambio de mirada que nos ayude a ver, a conseguir, una realidad diferente.

¿Por qué hablar de mujer sin hogar?

Generalmente, cuando se habla de sinhogarismo o de exclusión residencial, se tiende a pensar en las situaciones más visibles y restrictivas de la definición, que son vivir en la calle o en centros de atención. En estas situaciones el perfil habitual es el masculino, por lo que socialmente tendemos a “pensar” que el sinhogarismo es una cuestión masculina.

Sin embargo, esto no significa que no haya mujeres en situación de exclusión (las estadísticas indican todo lo contrario), sino que ellas buscan alternativas a su situación de sin hogar distintas a las de los hombres.  Las mujeres buscan trabajos como internas, infraviviendas, ocupaciones, o cohabitaciones como respuesta a su exclusión, y esto las invisibiliza porque las sacan de las calles, lugar donde de una mirada restrictiva situamos el sinhogarismo. 

Decimos en nuestra campaña que queremos que la realidad de las mujeres en situación de calle cambie. ¿Cuáles son las realidades es que viven? Son estas realidades diferentes de las de los hombres sin hogar.

Tanto en hombres como mujeres, la principal causa de sinhogarismo es la pérdida del empleo o un proceso migratorio no exitoso. Sin embargo, el impacto de la exclusión es muy distinto. En el caso de las mujeres, su salud se encuentra mucho más deteriorada que en los hombres y sobre todos, la situación de sin hogar ha provocado en ellas un deterioro grave de la salud mental. Esta situación se ve agravada por la violencia que sufren. 

La violencia está muy vinculada al sinhogarismo femenino, ya que esta muchas veces es la causa del abandono o la pérdida de la vivienda, pero muchas veces, esta continua durante la situación de sin hogar.  

Estas cuestiones, unidas a la existencia de centros de atención pensados desde la óptica masculina, la falta de alternativas laborales y la falta de respuestas interseccionales que contemplen la realidad del sinhogarismo femenino, dificultan la inclusión.

¿ Cómo colaboramos Desde Luz Casanova a cambiar esas realidades?

 Desde Luz Casanova estamos convencidas de que tenemos que dar respuestas específicas y adaptadas a las necesidades concretas de las mujeres en situación de sin hogar. Disponemos de centros de emergencia para mujeres que acaban de quedarse en calle. En ellos les ofrecemos un espacio seguro desde el que recuperar su vida. Por otro lado, acompañamos a chicas jóvenes en riesgo de exclusión, ofreciendo recursos adaptados que las acompañen en su desarrollo personal y transición a una vida adulta y autónoma. También trabajamos en red con otras entidades que tienen proyectos para personas sin hogar compartiendo nuestra experiencia con el fin de que puedan incorporar la perspectiva de género y la intervención especifica con mujeres sin hogar. 

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