Vivienda digna para personas vulnerables
Fundación Luz Casanova y Fundación Hogares Lázaro, juntas por una vivienda digna para las personas más vulnerables
- Para romper con los estereotipos hacia las personas sin hogar y lograr una vivienda digna para salir del círculo del sinhogarismo, se facilita la convivencia en pisos compartidos entre jóvenes y personas en situación de vulnerabilidad.
- El acceso a una vivienda se plantea como una de las vías para salir del círculo del sinhogarismo.
Cubrir la necesidad de alojamiento y dotar de un hogar a personas sin acceso a una vivienda es parte del trabajo de Fundación Lázaro y la Fundación Luz Casanova, que desde el mes de mayo colaboran juntas. Lázaro promueve pisos compartidos en los que conviven personas sin hogar y jóvenes profesionales voluntarios. En Madrid cuentan con dos pisos habitados por voluntarios y usuarios de la Fundación Luz Casanova y otras entidades, que trabajan desde hace años con personas sin hogar.
En el modelo propuesto y gestionado por Lázaro, los residentes comparten las estancias comunes y las habitaciones son individuales para respetar así la privacidad y la libertad de todos. La premisa: fomentar la convivencia entre personas con orígenes e historias personales absolutamente diferentes como solución a la soledad y a la precariedad que viven las personas sin hogar. En función de sus ingresos, los residentes participan en algunos gastos de funcionamiento de la casa. Por su parte, la Fundación Luz Casanova además de facilitar el contacto con las personas en situación de calle, continúa con el trabajo de seguimiento de las personas con las que trabaja para favorecer su integración y reinserción social.
En cada piso solidario se acoge a entre 6 y 10 personas de edades, orígenes, circunstancias e historias personales muy diferentes.
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El proyecto Hogares Lázaro nació en 2006 en París, cuando dos jóvenes de 28 años decidieron invitar a varias personas sin hogar a vivir con ellos. De ahí surgió la Association pour l’Amitié (APA) que se ocupa del proyecto en la capital francesa. El desarrollo fue tan rápido y la demanda tan intensa en otras ciudades de Francia, que uno de estos jóvenes fundó Lázaro en 2011 para desarrollar y gestionar el proyecto en Francia y a nivel internacional. Hoy en día 300 personas viven en APA (en París) y 200 en Lázaro, en ocho ciudades de Francia, Bélgica y España. Se están estudiando proyectos en Suiza y en México.